El proceso de templado del vidrio es un método que se utiliza para fortalecer el vidrio y hacerlo mucho más resistente a los impactos, al estrés térmico y a las roturas. El proceso implica calentar el vidrio a una temperatura alta y luego enfriarlo rápidamente para crear una tensión interna que aumenta la resistencia del vidrio.
Corte y moldeado
Primero se corta el vidrio y se le da la forma deseada. Es importante que todos los bordes sean lisos, ya que los bordes afilados pueden provocar debilidades durante el proceso de templado.
Calentamiento
El vidrio se calienta a una temperatura de entre 600 °C (1112 °F) y 650 °C (1202 °F). En esta etapa, el vidrio se vuelve blando y maleable, pero no se derrite.
Enfriamiento rápido
Una vez que el vidrio alcanza la temperatura deseada, se enfría rápidamente utilizando chorros de aire a alta presión. El enfriamiento se produce muy rápidamente, generalmente en 1 o 2 minutos.
Enfriamiento de la superficie exterior: las superficies exteriores del vidrio se enfrían rápidamente y se solidifican rápidamente.
Núcleo interior: la parte interior del vidrio se enfría más lentamente, lo que crea una capa de compresión en la superficie exterior y tensión en el interior del vidrio.
Fortalecimiento
Esta combinación de capas exteriores comprimidas y tensión en el interior le da al vidrio templado su resistencia característica. La tensión de compresión hace que el vidrio sea mucho más resistente a las grietas y roturas.
Inspección de bordes y control de calidad
Después del templado, se verifica la calidad del vidrio. Si el vidrio tiene algún defecto, es posible que deba desecharse o reprocesarse. Además, el vidrio templado no se puede cortar ni alterar después del templado sin comprometer su resistencia, por lo que este paso de inspección es importante antes de la instalación final.
Resistencia: El vidrio templado es aproximadamente de 4 a 5 veces más resistente que el vidrio recocido común del mismo espesor.
Seguridad: Cuando el vidrio templado se rompe, se fractura en pedazos pequeños y romos en lugar de fragmentos afilados, lo que reduce el riesgo de lesiones.
Resistencia térmica: El vidrio templado es más resistente al estrés térmico y puede soportar diferencias de temperatura de hasta aproximadamente 200 °F (93 °C) sin romperse.
Aplicaciones: Se utiliza comúnmente en aplicaciones como ventanas de automóviles, puertas de ducha, mesas de vidrio, pantallas de teléfonos y vidrio arquitectónico en edificios.
Vidrio flotado: el tipo de vidrio más común que se puede templar.
Vidrio laminado: por lo general no se templa, aunque se puede utilizar en algunas aplicaciones.
Vidrio de borosilicato y otros vidrios especiales: se utilizan a menudo en equipos de laboratorio, aunque pueden requerir técnicas de procesamiento diferentes.
Mayor durabilidad: puede soportar mayor fuerza o presión.
Seguridad: cuando el vidrio templado se rompe, no crea fragmentos afilados, lo que reduce el riesgo de lesiones.
Resistencia a las condiciones ambientales: es más resistente al choque térmico (diferencias de temperatura), lo que lo hace adecuado para entornos fríos o calientes.
Estética y rendimiento: brinda un aspecto elegante y moderno al mismo tiempo que mantiene altos estándares de seguridad.
En resumen, el vidrio templado aumenta su resistencia y seguridad al crear tensiones internas a través de un proceso de calentamiento y enfriamiento rápido. Se usa comúnmente en entornos donde el vidrio está expuesto a fuertes impactos o cambios de temperatura.